El pasado 3 de mayo tuvimos la
suerte de escuchar al maestro en su magistral conferencia en la Escuela de
Arquitectura de la Universidad Politécnica de Valencia.
Hubo un detalle que nos encantó: el
cuidado en sus obras de la primera y la última piedra…
Esto nos recuerda una historia que escuchamos
hace un tiempo que comienza así: “erase una vez, un peregrino medieval que, a
su paso por París, halló una cuadrilla de hombres que trabajaban con esfuerzo,
golpeando unas duras rocas con sus instrumentos metálicos. El peregrino se
detuvo a observarles, concretamente se fijó en tres de ellos que parecía que
estaban haciendo la misma tarea.
Su afán por saber le llevó a
preguntarle al primero de ellos: Señor, ¿podéis decirme qué hacéis? Y el
individuo le contestó: ¿Acaso no lo veis? Estoy picando piedra.
No satisfecho con la respuesta, se
acercó sigilosamente al segundo de ellos y le interrogó: Señor, ¿podéis decirme
qué hacéis? El individuo paró, se secó el sudor de su frente y le contestó:
Estoy levantando una columna.
Pero el peregrino quería saber más,
sobre todo porque veía a un tercer individuo trabajar con entusiasmo. Se acercó
a él y le interrogó: Señor, ¿podéis decirme qué hacéis? El tercer hombre, con
una sonrisa en los labios le contestó: Estoy construyendo una Catedral.
La actitud ante un proyecto es
fundamental, lo importante es la ilusión porque con nuestros trabajo diario construimos
cada día una Catedral...
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